¿Por qué escribo? Lo hago porque tengo una íntima necesidad de decir, de contar, denunciar, reflexionar... Además, aunque me cuesta creerlo: también mis silencios «escriben». He aprendido y aprehendido de mis vivencias, todo aquello que me ayudó a encontrarme y reconocerme. Diariamente, fusiono sentimientos y lenguaje para crear una realidad, tal vez «mi realidad» y la de tantos otros. Sé que utilizo —quizás demasiado—, palabras rotas o heridas, las que, sin saber cómo, pasaron a ser mis redentoras. Solamente digo que soy un alma sensible, puedo recorrer los rincones más oscuros y regresar hecha luz y, aun sabiendo que, no podré plasmar mis palabras a la perfección en cientos de hojas, me doy permiso para sentirme poeta. Puedo cantar a una sola “voz de tinta”, y con una primavera rota en las manos, me atrevo a perfumar huecos y muros, silencios y esperas. Como defensa, confieso: cuando escribo siento que soy seducida por esa hebra misteriosa que une mi humanidad y lo divino. Escribo, porque es ley natural dar a luz, cuando se ha estado grávida de palabras.

4 de mayo de 2013

año 1997




MENCIÓN A LA ORIGINALIDAD-
Río Ceballos.          Concurso “Abracadabra en Río” con la poesía “Búsqueda” Córdoba.




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–junto a otros Escritores – por su aporte a la cultura- 13 de junio 1997- San Francisco Córdoba





















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MENCIÓN DE HONOR en el concurso “Tito Pousa” con la poesía “Si todos los hombres...”- La Falda -Cba. 1997


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